El mareo por movimiento, también conocido como ciberenfermedad, es un desafío común para los usuarios de realidad virtual, especialmente para aquellos que son nuevos en esta tecnología. Aunque puede ser frustrante, existen estrategias efectivas para minimizarlo y disfrutar de una experiencia más cómoda.
En primer lugar, es importante comenzar con sesiones cortas. Si eres principiante, limita tu tiempo en VR a unos 15-20 minutos por sesión y aumenta gradualmente a medida que tu cuerpo se adapta. Esto ayuda a evitar una sobrecarga sensorial y permite que tu cerebro se acostumbre a la diferencia entre lo que ve y lo que siente.
Otro factor crucial es el ajuste del casco. Un dispositivo mal colocado puede aumentar la sensación de mareo. Asegúrate de que el casco esté ajustado correctamente y que las lentes estén alineadas con tus ojos. La distancia interpupilar (IPD) también debe ajustarse a tu medida para obtener una imagen clara y reducir la fatiga ocular.
Los juegos y aplicaciones que utilizas también influyen. Opta por títulos que ofrezcan modos de locomoción cómodos, como el teletransporte en lugar del movimiento continuo. El teletransporte reduce significativamente la sensación de desorientación al eliminar el conflicto entre el movimiento percibido y la posición física.
Además, mantener una buena ventilación y una temperatura agradable en tu espacio de juego puede hacer una gran diferencia. El calor y la falta de aire fresco pueden intensificar los síntomas del mareo. Por último, si comienzas a sentirte mal, detente inmediatamente y descansa. Ignorar los síntomas puede empeorar la experiencia y dificultar tu adaptación a largo plazo.
Con estas medidas, la mayoría de las personas pueden superar el mareo por movimiento y disfrutar plenamente de lo que la realidad virtual tiene para ofrecer. Es cuestión de paciencia y práctica.